Los cien años de Macondo suenan en el aire

Gabriel García Márquez, el escritor colombiano más grande de todos los tiempos, y considerado uno de los autores más importantes del Siglo XX, fue el máximo representante del movimiento literario el realismo mágico, por cuyo trabajo recibió el Premio Nobel de literatura en 1982. Así como en la canción de Rodolfo Aicardi de los años 70's, todavía suenan en el aire muchos de los personajes que hacen parte de su libro más famoso.


Fuente: Las 2 Orillas - 2 mayo de 2017
Nació en Aracataca, Magdalena, el 6 de marzo de 1927, siendo el primogénito de Luisa Santiaga Márquez y Gabriel Eligio García. Hasta los ocho años vivió con sus abuelos maternos, el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil días (1899 - 1902) y Tranquilina Iguarán. Todas las vivencias durante estos años, dentro del entorno de un gran número de tíos y primos, en donde reinaba el anciano abuelo, testigo indirecto de los hechos  que rodearon La matanza de las bananeras en 1928, junto con los relatos exagerados de la cegatona abuela Tranquilina, y la increíble anécdota de su tía Francisca, quien al igual que Penélope, tejió su propio sudario no para esperar a su amado ausente sino para poner fin a su vida, quedarían impresas para siempre en su memoria; consolidando así el caldo de cultivo de lo que años más tarde se conocería como "realismo mágico", que en palabras sencillas consiste en contar la realidad adornada de eventos fantásticos, logrando como resultado una alquimia de maravillosas historias.

Luego de la muerte de su abuelo en 1936, se trasladó con sus padres a Barranquilla. Siendo estudiante del colegio San José ya escribía versos humorísticos, destreza que continuó cultivando al ingresar al colegio de los jesuitas en la misma ciudad. En 1940 ingresó al Liceo Nacional de Zipaquirá gracias a una beca y ahí obtuvo el grado de bachiller en 1946. Tiempo después se trasladó a Sucre en el departamento del mismo nombre, en donde se encontraban sus padres, quienes lo persuadieron de iniciar la carrera de derecho. Por tal motivo, el año siguiente se inscribió en la Universidad Nacional en Bogotá. Su verdadera vocación seguía siendo la escritura. En el periódico El Espectador le publicaron su primer cuento, La tercera resignación. Un año después lo sorprendió el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. Todo ese maremágnum de acontecimientos violentos que se desencadenaron después y que la historia ha registrado como el Bogotazo, le cambió por completo su vida. Sus pertenencias y manuscritos fueron consumidos por las llamas del incendio del lugar donde vivía.

El cierre indefinido de la Universidad Nacional lo obligó a gestionar su transferencia a la Universidad de Cartagena, donde continuó siendo un alumno irregular. Nunca se graduó. Lo suyo eran las letras, por lo cual, muy pronto empezó a ejercer como periodista de oficio y no de profesión, a través de una columna en el periódico recién fundado El Universal. De ahí en adelante estaría vinculado a varias publicaciones no solo en Colombia sino también en el extranjero.

En 1955 publicó La hojarasca, donde surge por primera vez Macondo, el pueblo ficticio que hizo famoso en Cien años de soledad. Tres años más tarde aparece El coronel no tiene quien le escriba. En marzo de 1958 se casó en Barranquilla con su novia de toda la vida Mercedes Barcha. Al año siguiente cuando triunfa la Revolución cubana, hizo parte del grupo de periodistas extranjeros invitados a la isla, para frenar la mala prensa de las agencias norteamericanas. A partir de este momento comenzaría una larga y muy cercana amistad con Fidel Castro.

En 1962 publicó el volumen de cuentos Los funerales de la mama grande. En este mismo año, La mala hora, recibió el Premio Esso de novela colombiana, aunque solo tomó la forma de libro dos años después. Durante su estancia en México en 1964, inició su amistad con el escritor mexicano Carlos Puentes, y en conjunto elaboraron una docena de guiones para películas durante dos años. Es a lo largo de este tiempo, cuando empieza a fraguar la idea de contar la historia de las generaciones de los Buendía, desde la fundación del pueblo Macondo hasta la extinción del último descendiente. Todos los acontecimientos vividos durante su niñez en casa de sus abuelos, condimentados con otros relatos producto de su prodigiosa imaginación, como el de Mauricio Babilonia, quien andaba por Macondo siempre rodeado de un enjambre de mariposas amarillas, formaron parte de su obra cumbre Cien años de soledad, novela que lo catapultó a la fama mundial luego de su publicación en 1967. Años después, este personaje a pesar de ser secundario, se convertiría en un icono del mundo de Macondo y en especial sus mariposas amarillas.


Mauricio Babilonia
El acoso de periodistas y editores no se hizo esperar, y como le resultaba imposible vivir en medio de este ambiente, partió con su familia para Barcelona, donde esperaba escribir una novela sobre un dictador latinoamericano. Esta ciudad era por aquel entonces, un centro cultural y de oposición intelectual al régimen de Francisco Franco. Entre muchos escritores expatriados allí se encontraba Mario Vargas Llosa, con quien entabló amistad hasta su ruptura personal en 1975.

Para su siguiente novela El otoño del patriarca (1975) se tomo siete años en su elaboración. Mientras tanto durante este tiempo cobraron vida dos volúmenes de cuentos: La increíble y triste historia de la Cándida Eréndida y su abuela desalmada (1973) y Ojos de perro azul (1974). En 1981, Gabo estaba viviendo de nuevo en Colombia, cuando dio a luz Crónica de una muerte anunciada. En marzo de este mismo año, solicitó asilo político al gobierno mexicano, en cuyo territorio vivió hasta el día de su muerte.

En 1982 a la edad de cincuenta y cuatro años recibió el Premio Nobel de literatura. Como dato curioso era el condecorado más joven desde Albert Camus (1957). Por un tiempo vivió en Cartagena en casa de sus padres y luego regresó a México en 1984. A partir de entonces cambió la máquina de escribir por el computador. En 1985 publicó El amor en los tiempos del cólera y en 1989 El general en su laberinto, una crónica novelada de los últimos días del Libertador Simón Bolívar.

El 30 de mayo de 2007, con motivo de la celebración de sus ochenta años y cuarenta de la publicación de Cien años de soledad, acompañado por su esposa y trescientos amigos llegó en un tren que partió desde Santa Marta hasta Aracataca. El tren bautizado como "El tren amarillo de Macondo", fue decorado con una fotografía suya rodeada de mariposas amarillas y una bandera colombiana. Al llegar a su pueblo natal después de tres horas de recorrido, se celebró una fiesta sin precedentes. No era para menos.

El 17 de abril de 2014 falleció a la edad de ochenta y siete años, luego de padecer un cáncer muy agresivo que lo mantuvo internado en una clínica en México durante un par de semanas. Varios estadistas de diversos países del mundo expresaron su tristeza con motivo de su muerte.


FUENTES Y REFERENCIAS



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