El cannabis me cambió la vida

Fotografía de Alesia Kosik.  Fuente: pexels.com

El CBD o cannabis medicinal es uno de los componentes del cannabis sativa de donde deriva su nombre, cuya planta es popularmente conocida como marihuana, símbolo de toda una generación, una época de rebeldía, Rock and Roll, la guerra de Vietnam, la guerra espacial, entre otros. Quizás el título pueda sugerir algunas suspicacias, pero la verdad es que va mucho más allá que este juego de palabras.

A mediados de los años sesenta, más o menos en 1964, cuando The Beatles comenzaba a triunfar en EE.UU, un bioquímico búlgaro llamado Rafael Mechoulam y su equipo, se encontraba trabajando en la Universidad de Jerusalén, en donde logró determinar los componentes principales de la marihuana, el THC y el CBD. En términos generales, el THC es el compuesto alucinóngeno o recreativo, como lo llaman los médicos, el encargado de que la gente vea "elefantes rosados volando" cuando la consume. El CBD, conocido también como cannabidiol o cannabis medicinal, es un compuesto que brinda muchísimos beneficios a la salud humana, entre los más destacados, la disminución de la ansiedad y el estrés, disminución del dolor, coordinación del movimiento y recuperación de los estados normales del sueño.

Para nadie es un secreto los efectos tan devastadores que tuvo la cuarentena del año 2020 en relación con la salud mental de la humanidad. Los índices de ansiedad se dispararon de manera alarmante. En consecuencia, la gente comenzó a sufrir de insomnio con diversos niveles de intensidad. Colombia no fue ajena a este fenómeno; por supuesto, yo tampoco. Me despertaba entre las tres y media y cuatro de la mañana y no podía volver a dormir. El tiempo es el mismo, pero en estos estados tan alterados, parece como si las horas pasaran en cámara lenta, me imagino un segundo pidiéndole permiso a otro para pasar; no ve uno la hora de que amanezca. Es una cosa de locos.

Como muchos recordarán, los grandes cambios que sufrió la naturaleza en esta época, fueron divulgados con gran despliegue por los medios de comunicación de todos los países. En Madrid se observaron algunos jabalíes transitando por sus calles, lo mismo que pumas en Santiago de Chile y se volvieron a observar peces en los canales de Venecia, Italia, entre otros. Solo quiero añadir que, en el caso de Neiva, surgió un fenómeno muy especial. Los amaneceres se movieron de horario, esto es, que el sol ya no empezaba a salir entre las cinco y las cinco y media de la mañana, sino entre las cinco y cuarenta y seis de la mañana. A veces unos minutos después de las seis. Así mismo, los pájaros que con su canto anunciaban el arranque de un nuevo día, dejaron de hacerlo durante varias semanas, casi un mes, mientras se habituaban al nuevo horario establecido. Claro, cuando ellos se preparaban para su concierto de siempre, aún era "de noche" en la capital huilense. Y ni hablar de los cambios de temperatura tan drásticos que se dieron. Mañanas y tardes nubladas con mucha lluvia, y frío en las noches y madrugadas. A veces amanecía lloviendo.

Pasaron muchas cosas interesantes. Mucho aprendizaje. Entramos en la virtualidad en su máxima expresión, y hasta aprendimos a pagar muchas cosas desde nuestro celular o computador. Llegó el 2022 y yo seguía durmiendo mal. Entonces una mañana del mes de marzo, recibí una llamada de un amigo, con quien compartimos muchas historias en el salón de clases de mi inolvidable Colegio Champagnat de Popayan. Cuando él me nombró el CBD yo no sabía nada del tema, era algo completamente desconocido para mí. Comencé a conocerlo a través de toda la información que me envió. Días después, busqué y leí muchos textos y artículos en internet. De esta manera supe que se trataba de algo muy especial, pero aún no estaba convencido. Confieso que cuando tomé por primera vez uno de estos productos, lo hice con miedo, con muchos prejuicios, dada toda la satanización que ha sufrido la marihuana a lo largo de varios años.

A partir del cuarto día, siguiendo la receta al pie de la letra, tomando una aromática todos los días, sin fallar uno solo, siempre a la misma hora, y preferiblemente una hora antes de irse a dormir,  todos mis fantasmas y temores quedaron atrás. Comencé a sentir somnolencia, a dormir bien, con sueños profundos y reparadores, algo absolutamente fantástico. Luego de haberme convertido en mi propio conejillo de Indias, con el problema de insomnio superado, me convencí que tenía en mis manos un producto excelente, un regalo maravilloso de la naturaleza. Fue entonces cuando comencé a venderlo. Este fue el trato inicial, probar y comprobar sus efectos, para luego comercializarlo, contando desde mi experiencia todos los beneficios que posee.

Mi amigo, quien es Ingeniero Agrónomo, se inventó una combinación genial: aromáticas con CBD o cannabis medicinal. Algo único en Colombia y en el mundo, pues no existe un producto igual en ningún rincón del planeta. Hoy en día continúo tomando las aromáticas. Estoy absolutamente convencido de que sus beneficios son muchísimos y sorprendentes. Las personas a quienes he tenido la fortuna de vendérselas lo confirman. La mayoría de ellas al principio buscaban un remedio para su insomnio, pero con el paso de los días y semanas, han podido comprobar otros aspectos muy favorables para la salud, como la recuperación del apetito, disminucion notable de dolores de diversa índole, mejoramiento en afectaciones pulmonares, mejoramiento de la digestión y disminución de peso. Ahora sí, después de todo este recorrido, puedo afirmar con certeza, que el cannabis medicinal definitivamente me cambió la vida.