Mujeres neogranadinas olvidadas por la historia

Fuente: banrepcultural.org

Policarpa Salavarrieta, es sin lugar a dudas el caso más conocido y quizás el más mediático sobre la participación de la mujer en la causa de la independencia de Nueva Granada. Fue la espía más famosa de la época y por eso fue ejecutada el 14 de noviembre de 1817. Pero antes y después de ella, fueron muchísimas las que apoyaron esta revolución  y un número considerable murió por estos ideales de libertad.

Hacia finales del Siglo XVIII en Santafé, un grupo de mujeres participaba en el movimiento ilustrado, en el cual tomaba parte lo más selecto de la alta sociedad. Entre otras, Manuela Saénz de Santamaría, Francisca Prieto Ricaurte, Catalina Tejada y Andrea Ricaurte de Lozano, auspiciaban tertulias literarias que fueron la simiente de la emancipación. Estas tertulias eran reuniones a las que se asistía con invitación, disfrutaban de un chocolate y se comentaban obras de diverso género. Pero lo más importante era que se ponían al día sobre noticias que provenían de Europa, de países vecinos, y por supuesto, de los nuevos vientos que soplaban en la política local.

Se tiene claro que todos los sucesos del 20 de julio de 1810, día de mercado, fueron acordados por los criollos que se reunieron el día anterior en el Observatorio Astronómico. Los diferentes grupos que actuaron estaban informados lo mismo que las mujeres. Su participación fue muy activa. Existen crónicas sobre el gran número que atacaron las casas de los oidores y luego se concentraron en la plaza. Mujeres del pueblo, en su mayoría vendedoras de verduras y abarrotes. La ciudad se paralizó. El día 22 de julio, arribaron varias delegaciones de pueblos cercanos para apoyar la protesta, a sabiendas del rumor que surgió sobre una represalia por parte del ejército español.

Un hecho que ilustra muy bien la participación femenina en este proceso ocurrió el 13 de agosto de 1810. Ese día un grupo de unas seiscientas mujeres arremetió contra el convento "La Enseñanza", en donde se encontraba la virreina. La sacaron de ahí y la condujeron hacia la cárcel del Divorcio. En el camino le gritaron insultos, le rasgaron la ropa y le lanzaron escupitajos. Esto llenó de indignación a las autoridades y a la gente de la alta sociedad, quienes se escandalizaron por el trato al cual había sido sometida. Al día siguiente parte de la nobleza, la jerarquía eclesiástica y algunas damas la rescataron y la llevaron de nuevo al palacio. ¿Por qué las mujeres del pueblo la odiaban tanto? Se dice que la virreina doña Francisca Villabona, le encantaba el dinero, controlaba los impuestos de las tiendas y las ventas de víveres, razones suficientes para ser tan impopular.

Fue tanto el fervor por la causa, que algunas mujeres decidieron formar parte de los frentes de batalla. Juana Béjar fue la primera. Nacida en Pore, Casanare, era una excelente jinete y alcanzó el grado de sargento mayor. Las que siguieron sus pasos lo hicieron bajo el disfraz de soldado. Evangelista Tamayo, quien llegó al rango de capitán, junto con Teresa Cornejo, Manuela Tinoco y Rosa Canelones, participaron en la Batalla de Boyacá.

Pero la gran contribución la dieron asistiendo a los heridos de las batallas, realizando labores de espionaje, escondiendo en sus casas a patriotas perseguidos, confeccionando uniformes y banderas para los ejércitos y brindando comida a los batallones. Muchas también entregaron sus ahorros, sus joyas, ganado y esclavos. Otras entregaron a sus hijos para que se unieran a los ejércitos patriotas. 

Según el historiador colombiano Pablo Rodríguez Jiménez, en su artículo Patíbulo, mujeres e independencia, entre 1812 y 1820 fueron fusiladas setenta y seis mujeres en el territorio colombiano. Ante este sorprendente valor, hace una revelacion aún más impresionante. "Nos atrevemos a afirmar que en la historia de la época no hubo otro país que hubiera vivido un hecho similar. Hubo mujeres en México, Venezuela, Perú, e incluso España, que murieron en las batallas o en las cárceles, pero no que fueran enjuiciadas y sentenciadas a muerte."

Durante la época Colonial, la Inquisición condenó a la hoguera a unas pocas mujeres acusadas de brujería, y con dificultad la justicia civil sentenció a la horca otrás más acusadas de crímenes atroces. En la Rebelión de los Comuneros no se ejecutó a ninguna mujer. Todo lo anterior se explica porque en ese momento, se tenía la concepción patriarcal heredada de tiempos ancestrales de la humanidad, de que la mujer era un ser inofensivo, carente de voluntad, que debía vivir bajo las órdenes del hombre y dedicarse por completo a las tareas del hogar. Por eso su inmensa participación en los acontecimientos del 20 de julio de 1810 sorprendió a todo el mundo, porque la imagen ideal estaba muy lejos de la realidad que vivían las mujeres neogranadinas. Su aguerrida intervención de diversas maneras luego de lo sucedido en Santafé, hizo que el ejército imperial cambiara por completo la concepción que tenía de ellas. Las empezaron a considerar como peligrosas patriotas, y es entonces, cuando a partir de 1812 empiezan a eliminarlas. El motivo muy seguramente fue el miedo que les generaba su accionar y el éxito que esto estaba alcanzando. 

La ubicación de los fusilamientos coincide plenamente con el desarrollo de la guerra, es decir que se dieron en los mismos lugares donde había mayor concentración de tropas y confrontaciones bélicas. Al principio se registraron en ciudades como Pasto, Pamplona y Cúcuta. Años más adelante se dieron en el centro, oriente y la costa atlántica, al tiempo que en Cartagena y Santafé. Pero lo curioso es que dentro del territorio antioqueño no se registraron ejecuciones. Esto se explica por el pacto que se llevó a cabo entre la élite regional y el régimen. Se presentaron persecuciones, amedrentamientos y confiscaciones, pero en Antioquia ninguna mujer fue fusilada.

En Palmira, Josefa y Dorotea Castro junto con su esclava Josefa Conde, quienes apoyaban con caballos y armas al regimiento del Coronel Pedro Murgueitio, fueron fusiladas el 13 de septiembre de 1817. En Caloto y Santander de Quilichao, Maria del Carmen Olano, Ana Josefa Morales, Carlota Rengifo, Bárbara Montes y Dorotea Lenis, fueron fusiladas acusadas de instigar a la deserción a los soldados del batallón Numancia. Llama la atención el caso de Maria Josefa Lizarralde, de nacionalidad española, a quien detuvieron en Zipaquirá, por pretender sobornar a unos guardias para lograr la libertad de varios presos. Fue fusilada el 3 de agosto de 1816.

Uno de los casos más crueles sucedió en la provincia de Santander. La señora Mercedes Ábrego, de quien se dice era una gran costurera y ferviente seguidora de la causa, al enterarse de que Simon Bolivar iba a llegar a Cúcuta, le confeccionó una casaca de brigadier. Cuando el ejército realista se tomó la ciudad, Mercedes fue detenida en su casa de campo y antes de ser fusilada gritó "¡Viva la patria!". Luego de su muerte la decapitaron. Su cabeza y su cuerpo fueron colocados en la plaza de Cúcuta para escarmiento de la población.

Otro caso de extrema crueldad ocurrió en Mariquita, en donde Carlota Armero se negó a casarse con un oficial realista de apellido Bernate. Se dice que la respuesta que dio fue que no se casaría con tiranos. Motivo por el cual, el superior del oficial, el despiadado Coronel Santacruz, la hizo detener y la sentenció a muerte al día siguiente el 28 de mayo de 1816.

A pesar del inmenso apoyo recibido de su parte durante todos estos años de lucha, las mujeres no fueron consideradas ciudadanas en el nuevo orden político que nació. El hecho de haber sido compañeras en las batallas, e incluso haber tenido mando militar, o de haber suministrado información valiosísima para el triunfo en muchas de las contiendas bélicas, entre otros beneficios ya mencionados, no modificó para nada la opinión que tenían de ellas los próceres de la patria. Se dio continuidad a los viejos valores acuñados por la costumbre, que la política era cosa de hombres. Esto explica el motivo por el cual, las mujeres neogranadinas fueron tan vilmente relegadas a un segundo plano. Sencillamente de un plumazo les usurparon el lugar de honor ganado en la historia.

FUENTES Y REFERENCIAS








Comentarios

  1. Super bueno, se prueba q ala mujer siempre le ha Sido difícil empoderarse, felicitaciones.

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  2. Gracias por aportarnos datos tan interesantes

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  3. Gracias por darnos interesantes y nueva información para algunos.

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