El viaje a la luna más loco de la historia

Luciano de Samosata, fue un griego de origen sirio quien vivió entre los años 125 y 181 del Siglo II d.C. Toda su obra la dedicó a criticar y ridiculizar las costumbres y creencias del mundo antiguo. Dentro de los libros que escribió se encuentra Historia Verdadera, en la que critica y se burla de Heródoto y Ctesias, los historiadores clásicos de mayor renombre de aquella época, quienes en sus relatos mencionaban asombrosos acontecimientos y modos de vida de personajes fantásticos que supuestamente conocieron en sus viajes. Es tan mordaz su estilo, que en las primeras páginas saluda a los lectores de la siguiente manera:  "Una sola verdad diré: que digo mentiras. Así puedo escapar al reproche de mis lectores, al reconocer yo mismo que no digo la verdad. Por lo tanto escribo sobre hechos que nunca vi, ni nunca me ocurrieron, ni los se por otros y además acerca de sucesos que nunca existieron ni pueden llegar a suceder". Se trata del primer viaje a la luna del que se tenga noticia en la literatura.



Comienza cuando Luciano, el mismo autor, luego de reparar un barco de su propiedad, convoca a cincuenta amigos con quienes inicia un viaje hacia las Columnas de Hércules, pues quería conocer el límite del océano y a los hombres que habitaban en la otra orilla. Aquí un pequeño paréntesis para explicar que las Columnas de Hércules, eran el fin del mundo conocido para los antiguos, y estaban ubicadas en el estrecho de Gibraltar. Todo va viento en popa durante el primer día, pero al amanecer del segundo, fueron sorprendidos con una fuerte tormenta que duró setenta y nueve días al cabo de los cuales llegaron a una isla.

Luego de desembarcar empezaron a explorarla y a pocos metros de la playa descubrieron un río de vino. Siguieron caminando por su orilla hasta su nacimiento, pero no encontraron ningún manantial sino un gigantesco y muy tupido viñedo, en donde de las raíces de cada árbol fluía vino y de la unión de todos ellos se había creado el río. Al internarse un poco más en la isla se encontraron con algo aún más extraordinario. Otro viñedo cuyos árboles tenían el tronco grueso, muchas ramas, pero en su parte superior eran mujeres perfectamente formadas desde la cintura hasta la cabeza. De sus manos brotaban racimos de uvas y sus cabezas en vez de cabelleras estaban cubiertas de brotes, hojas y racimos de uvas también. Los saludaron y les dijeron que no podían arrancar uvas, porque cada vez que lo hicieran gritarían del dolor. A algunos de sus compañeros los sorprendieron con un beso en la boca y de inmediato quedaron ebrios, lo cual se podía apreciar en su tambaleante forma de caminar.



Al día siguiente continuaron su viaje. Durante las primeras horas navegaron con una brisa muy suave pero luego fuertes vientos comenzaron a azotar la embarcación. El viento y el agua incrementaron su fuerza y más adelante el fenómeno se transformó en un tornado de dimensiones astronómicas, el cual los mantuvo girando y volando durante una semana. Al octavo día cuando regresó la calma llegaron a la luna, pero ellos hasta entonces pensaban que era otra isla. Luego de amarrar el barco, descendieron y comenzaron a recorrer el lugar y de inmediato fueron detenidos por varios Hipogipos, algo así como gendarmes de la frontera lunar, que eran hombres que volaban sobre gigantescos buitres de tres cabezas, quienes los llevaron ante la presencia del rey. Cuando estaban en su palacio, les preguntó si eran griegos y cómo habían llegado hasta allí. Ellos le confirmaron su sospecha y le contaron las peripecias que habían vivido hasta entonces.

El soberano les contó su propia historia: se llamaba Endimión, también era terrícola y una noche mientras dormía fue misteriosamente transportado hasta allí y al llegar los habitantes lo proclamaron rey. También les dijo que el lugar donde se encontraban era la luna. En aquel momento, los habitantes de la luna se encontraban en guerra con los habitantes del sol. Todo empezó un día que Endimión decidió fundar una colonia en el lucero del alba, el cual se encontraba deshabitado, y entonces Faetonte, rey de los solares, sintió envidia y lo evitó enviándoles un comando de Hipomírmices, que eran hormigas aladas gigantes que los atacaron y los derrotaron. Muy pronto comenzaría una batalla en donde los griegos pelearían junto con los selenitas o habitantes de la luna.

El ejército de ambos bandos estaba conformado de la siguiente manera. Los selenitas contaban con los Lacanópteros, pájaros gigantescos que en vez de plumas tenían el cuerpo cubierto de lechugas, los Escorodómacos, combatientes con dientes de ajo, los Psilótocos, arqueros montados en pulgas del tamaño de doce elefantes, y por último, los Anemódromos, quienes iban a pie y se amarraban a la cintura grandes túnicas, de tal manera que al empezar a correr, eran empujados y elevados por el viento como las velas de una embarcación. Los Psilótocos y Anemódromos eran aliados de la Osa Mayor. En cuanto a los solares, contaban con los Hipomírmices que ya se mencionaron, los Aerocónopes, arqueros montados en mosquitos gigantes, y los Caulomicetes, soldados armados con hongos como escudos y lanzas de tallos de espárragos.


Antes de iniciar la batalla, Endimión ordenó a las arañas gigantes, muy numerosas en su territorio, que tejieran una tela entre la luna y el lucero del alba. Una vez terminada la tarea, quedó con la solidez de una llanura y ahí se ubicó su infantería, conformada por los Anemódromos. Luego los asnos rebuznaron en cada uno de los frentes y se inició la escaramuza. Bueno en resumidas cuentas, los selenitas resultaron vencedores. Pero unos aliados de los solares que llegaron cuando todo había terminado los contraatacaron y les dieron la victoria a los solares. Entonces Faetonte ordenó la construcción de un espeso muro de nubes entre ambos astros, lo cual produjo un gran eclipse y una oscuridad permanente en la luna. Varios días después, firmaron un tratado de paz, mediante el cual destruyeron la fortificación, cada uno devolvió sus prisioneros de guerra y entre ambos pueblos fundaron la colonia en el lucero del alba.

He aquí algunas de las rarezas que los viajeros encontraron en la luna. Los hombres no eran engendrados por mujeres sino por hombres. Los hombres se casaban con hombres. El nombre de mujer no existía, pues literalmente no existían las mujeres. Los bebés en gestación no los llevaban en el vientre sino en la pantorrilla. Cuando esta engordaba lo suficiente, la abrían y sacaban al niño muerto. Luego lo colocaban con la boca abierta de cara al viento y así lo revivían. Para alimentarse, hacían una fogata y asaban ranas voladoras, que eran casi una plaga lunar y se sentaban alrededor aspirando el humo que se desprendía. Cuando envejecían no morían sino que se disolvían convirtiéndose en aire. En el palacio real había un espejo inmenso, donde se escuchaba todo lo que se decía en la tierra y se podían ver todas las ciudades y pueblos. En aquella ocasión Luciano pudo ver a su familia.



Un tiempo después iniciaron su viaje de regreso. Llegaron primero a una ciudad de lámparas. Cada una de ellas tenía un nombre, vivían en casa propia y además podían hablar. Esa noche la pasaron allí. Luciano conoció a la lámpara de su casa en la tierra, le preguntó por su familia y esta le dio razón de todo. Al día siguiente continuaron su viaje y al cabo de una semana regresaron a la tierra, empezando a navegar de nuevo en el Océano, pero con tan mala suerte que se encontraron con una gigantesca ballena que se los tragó. No sufrieron ningún daño corporal ni la embarcación tampoco resultó averiada. Luego de vivir una gran aventura al cabo de nueve meses pudieron salir. Continuaron su travesía, pero unos días después el mar se congeló. Decidieron desembarcar, excavaron una cueva en el hielo, y ahí estuvieron treinta días, alimentándose con los peces que encontraban al excavar. Cuando se les terminaron las provisiones, sacaron el barco, levantaron velas y empezaron a deslizarse sobre el hielo. Luego de transcurrir algunos días, comenzó a hacer un calor insoportable, el hielo se fundió y de nuevo playa, brisa y mar.

Más adelante se encontraron en medio de un mar que no era de agua salada sino de leche, y un poco después, llegaron a una isla que era un queso gigante endurecido. Así lo comprobaron al tomar pequeños pedazos que se comieron. En ella había viñas, cuyas uvas cuando se exprimían no daban vino sino leche. Unos días más tarde llegaron a la Isla de los Bienaventurados, que era un lugar sagrado para los griegos, en donde llegaban las almas de los personajes más ilustres de Grecia, hombres y mujeres, héroes, semidioses, escritores, etc., que en vida hubiesen contribuido a la gloria de esta nación. En conclusión los únicos seres vivos en ese momento eran ellos. Ahí Luciano conversó con Homero, comprobó que no estaba ciego; vió también a Alejandro Magno, a Helena, aquella infiel por quien se formó toda esa locura en Troya, a Ulises, Sócrates y Pitágoras, entre las celebridades más recordadas de la antigüedad. Estuvieron alrededor de siete meses en ese mágico lugar y luego continuaron su viaje. Después de otra serie de aventuras con personajes fantásticos que se encontraron en el mar, finalmente divisaron su patria de nuevo, pero antes de tocar tierra una tormenta les destrozó el barco y tuvieron que llegar nadando hasta la playa.

Como se puede apreciar esta es una historia de locos, con personajes y situaciones inverosímiles, pero encantadora, que bien podría servir de guion a una extraordinaria película. Así las cosas, Luciano de Samosata fue el pionero de las historias de ciencia ficción. Su estrategia humorística comienza con el nombre de su libro, Historia Verdadera, además, es el primero en escribir obras satíricas, cuya trascendencia llegó hasta los Siglos XVI y XVII, donde se cultivó su estilo. Los exponentes más famosos que retomaron su legado fueron Miguel de Cervantes y Francisco de Quevedo. En el Quijote, se puede apreciar como Cervantes aplica todas las técnicas narrativas y de humor de Samosata para burlarse de las novelas de caballería.

FUENTES Y REFERENCIAS

  • DE SAMOSATA, L. (1974). Historia verdadera, Prometeo o el cáucaso, Timón o el misántropo y Diálogos de las hetairas. Editorial Labor S.A. Barcelona (España).
  • PliegoSuelto. El sorprendente viaje a la luna de Luciano de Samosata en el Siglo II d.C. 28 de septiembre de 2012. [En línea]. Última consulta 25/06/2019. Disponible en:  http://www.pliegosuelto.com/?p=942










Comentarios

  1. Muy bien que imaginación solunatica.

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  2. Que bueno Juan que historias te felicito tu siempre enrriqueciendonos con sus aventuras obras personajes etc te quiero mucho

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