Vincent, mucho más que su afamada oreja

Iglesia de Auvers - 1890
Al escuchar su nombre, quizás un gran número de personas lo asocien de inmediato solo con aquella anécdota famosa sobre su vida, en la cual, se cortó su oreja derecha, estando dentro de una especie de locura temporal. Es entonces cuando se hace imprescindible mencionar que, Vincent Van Gogh fue infinitamente mucho más que eso. Podría decir que fue como un cometa que iluminó el firmamento de la pintura hacia finales del Siglo XIX, a pesar de que no alcanzó la gloria durante su corta existencia, su reconocimiento se le dio después de su muerte.

Nació el 30 de marzo de 1853, siendo sus padres Ana Cornelia y Theodorus Van Gogh, en Zundert, una población ubicada al sur de los Países Bajos, donde fue bautizado con en el nombre de Vincent Willem Van Gogh. Su nacimiento ocurrió un año después y en la misma fecha en la que un hermano suyo nació muerto y a quien llamarían con los mismos nombres del futuro pintor. Poco tiempo después nacieron sus cinco hermanos.

Entre 1864 y 1868 pasó por varios internados. El último de la lista fue en Tilburg, en donde terminó sus estudios secundarios. Fue ahí donde, además de estudiar sus materias básicas, también recibió lecciones de alemán, francés e inglés, idiomas que llegaría a dominar fluidamente con el transcurso de los años. A la edad de dieciséis años empezó a trabajar en la galería de arte Goupil & Cie, de la cual, uno de sus propietarios era tu tío Vincent, llamado cariñosamente "Cent", quien era hermano de su padre y guardaba grandes esperanzas en su sobrino. En la famosa empresa editora de arte, se vendían reproducciones de cuadros famosos en grabado y fotografía al igual que algunas obras originales.

Tres años más tarde en 1872, estando en La Haya, estudió pinturas de Rubens. En Amsterdam hizo lo mismo con algunos lienzos de Rembrandt. Fue durante esta época cuando le tomó mucho aprecio al trabajo de los pintores franceses, quienes elaboraban sus cuadros al aire libre y no en estudio, como normalmente lo hacían por aquel entonces los artistas. Años después, aplicaría en muchos de sus cuadros esta modalidad de pintar en espacios abiertos.

Habitación de Vincent en la casa amarilla - 1888
Con solo veinte años fue enviado a Londres y dos años más tarde, en 1875, fue trasladado a París. Es a partir de entonces, cuando comenzó su poderosa inclinación hacia las lecturas religiosas, especialmente de la Biblia. Perdió interés por su trabajo y empezó a tener discrepancias con los clientes de la prestigiosa galería, por lo cual fue despedido el 1 de abril de 1876. Regresó a Inglaterra, en donde consiguió un trabajo como ayudante de predicador en un escuela cerca de Londres. Aquí disfrutaba al máximo leyendo la Biblia con sus estudiantes: elaboraba sus propios sermones y hacía un gran esfuerzo para predicar en la iglesia. A tal punto llegó su religiosidad, que en 1877, apoyado por su padre inició la carrera de Teología en la Universidad de Amsterdam. Un año más tarde la abandonó.


Tiempo después viajó a Laeken, Bélgica. Durante tres meses recibió clases en una escuela evangelista. Allí sus maestros pudieron darse cuenta que no tenía aptitudes para ser predicador, debido a su dificultad para hablar en público. Pero gracias al gran entusiasmo que mostraba siempre, logró que lo nombraran misionero en Borinage. Aquella era una región minera cuya población vivía en unas condiciones muy precarias, de extrema pobreza y muy mala salud. Vincent se involucró de tal manera con la comunidad, que, además de darles a conocer la Biblia a los mineros y a los habitantes en general, visitaba a los enfermos y acompañaba a las personas que iban al cementerio a despedir a sus seres queridos. Sentía como suyas las calamidades de sus vecinos. Regaló casi toda su ropa; comía muy poco; y no tenía ningún mueble en su choza. Tampoco compraba jabón, porque le parecía un lujo pecaminoso. Había asumido este estilo de vida, inspirado en su propia interpretación de las lecturas bíblicas. Al parecer, también regalaba su dinero a los más pobres.

A consecuencia de su desprendimiento y vehemencia en la práctica de sus convicciones religiosas, los mineros le decían "El cristo de las minas de carbón". Su aspecto personal, por otro lado, era deplorable: demacrado y esquelético. Ante tanto extremismo en su comportamiento fue expulsado de la iglesia, porque consideraron que su actitud ofendía a la congregación religiosa. Es en este momento de su vida, cuando Vincent Van Gogh experimentó su gran metamorfosis, como la de la oruga que se convierte en una hermosa mariposa llena de mucho colorido. Tras un año de retiro, nació el gran genio de la pintura en el que se llegó a convertir. Fue una época muy dura para él, en donde padeció una severa depresión y cortó comunicación con su familia. Pero una vez superada esta dolorosa etapa, comenzó a pintar. El descubrimiento de su talento se dio en 1880, cuando tenía veintisiete años. Inició pintando situaciones de la cotidianidad de la gente de la población belga, realizando dibujos a lápiz de campesinos cosechando y otros temas similares. Un tiempo después pasaría una breve temporada en la Academia de Bruselas. Recibiría algunas clases con Anton Mauve en La Haya y más adelante viviría tres meses en Drenthe. En diciembre de 1883 volvió a la casa de sus padres en Nuenen, con quienes vivió durante dos años. Fue aquí donde pintó sus primeras obras maestras, entre las que se encuentra Los comedores de patatas.

Los comedores de patatas - 1885
A principios de 1886 llegó a París, en donde pintó según los movimientos impresionistas y puntillistas. Ahí conoció a Henri de Toulouse-Lautrac, Emile Bernard, Paul Gauguin, Camille Pissarro, Paul Cezanne y George Pierre Seurat, estableciendo gran amistad con los tres primeros. Luego de haber vivido dos años en la casa de su hermano Theo en la capital francesa, había pintado más de doscientos cuadros. Theo en realidad se llamaba igual que su padre, Theodorus, pero Vincent le llamaba cariñosamente Theo. El 20 de febrero de 1888 llegó a Arles en pleno invierno.

Vincent era por estos tiempos un hombre de baja estatura, con cabello y barba pelirrojos y que fumaba pipa cuando estaba de mal humor; firmaba sus cuadros con su nombre de pila, pues consideraba su apellido demasiado largo. Había tenido varios fracasos amorosos y sabía que la sociedad de su tiempo no lo quería. Aún así, dadas las circunstancias que experimentó viviendo en Arles, se podría decir que fue una época de mucha felicidad para él. La explosión de colores que llegaría con la entrada de la primavera definitivamente lo cautivó. Lo entusiasmó tanto que cambio los colores oscuros y opacos de sus primeros cuadros por tonalidades más alegres, de mayor colorido. En este período alcanzó a pintar un total de trescientos cincuenta cuadros, inspirado en los hermosos paisajes de esta localidad ubicada al sur de Francia.

En mayo alquiló La casa amarilla, la cual formaba parte de su sueño de fundar una comunidad de artistas, tal y como se lo describió a su hermano Theo, su único y gran mecenas, a través de la voluminosa cantidad de cartas que le escribió desde 1872. Antes de la llegada de Paul Gauguin, pintó Los girasoles, quizás su cuadro más famoso, el cual sería utilizado para adornar la habitación de su amigo. Todo marchaba muy bien y ambos pintaban muy cómodos en la casa. Luego de haber transcurrido un poco más de un mes, Gauguin le manifestó su deseo de viajar de nuevo, y fue quizás por este motivo que Vincent comenzó a cambiar. Cuentan que se pasaba el día de mal genio, y en ocasiones, durante las noches, se levantaba de su cama y se quedaba parado frente a la de su compañero.

Los girasoles - 1888
El 23 de diciembre de 1888, al parecer en medio de un episodio de locura muy fuerte, se cortó parte de su oreja derecha con una navaja de afeitar. Las circunstancias que rodearon este acontecimiento aún son inciertas al día de hoy; no se tiene muy claro lo que realmente sucedió y, por tal motivo, se ha especulado mucho. Una historia dice que se la cortó por amor a una prostituta local que frecuentaba llamada Rachel. Otras versiones dicen que fue tras una disputa con su colega Gauguin. Según cuenta una publicación de la cadena BBC, fue el propio Gaughin quien le seccionó la oreja en plena trifulca, y luego, Van Gogh se la habría entregado a la meretriz que le gustaba. Fuere como fuere, la historia todavía sigue guardándose sus misterios.

Tras recuperarse de la herida intentó regresar a La casa amarilla, pero los habitantes de la localidad no lo querían allí; incluso algunos le escribieron al alcalde en febrero de 1889 para que fuera encerrado en un manicomio. Vincent recogió todos sus cuadros y se los envió a su hermano Theo a París. La casa amarilla fue clausurada. En mayo de 1889 fue internado en el manicomio de Saint-Rémy, donde le permitieron seguir pintando.

Experimentaría más de una crisis en los meses venideros. Durante su permanencia en este lugar, alcanzó a pintar casi trescientos cuadros y dibujos. Fruto de su aislamiento en Saint-Rémy es la famosa Noche estrellada, si bien no es la primera Noche estrellada que pintó. Pese a ser estimada como una de las obras más bellas del artista, éste la consideró, junto a muchísimos otros cuadros suyos, un fracaso estrepitoso. Como curiosidad, puedo apuntar que muchos físicos y matemáticos de la actualidad están fascinados con esta pintura por la maravillosa forma que tiene de captar lo que se conoce en dinámica de fluidos como "flujo turbulento", de una complejidad matemática extrema, y que sin embargo, Van Gogh pudo captar artísticamente desde la ventana de su habitación en el psiquiátrico.

Noche estrellada - 1889
A principios de mayo de 1890 viajó a París a visitar a su hermano Theo, quien había logrado vender tres meses antes, un cuadro suyo por valor de cuatrocientos francos. Debido a que ya no soportaba más el ruido de París, Vincent viajó a Auvers el 20 de mayo. Se estima que en diez semanas logró pintar ochenta cuadros. En la mañana del domingo 27 de julio de 1890, cuando se encontraba de paseo por la aldea, vistiendo una chaqueta azul de dril y su acostumbrado sombrero de paja, se disparó un tiro en el pecho. Dos días después murió. Tenía treinta y siete años.


FUENTES Y REFERENCIAS







































            













Comentarios

  1. Muy acertada y bien precisa tu forma de contar en breve escrito la vida de este gran pintor

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