Mario, ahí está el detalle

Uno de los personajes más queridos y recordados por todo el público de América Latina, es sin lugar a dudas, Mario Moreno Cantinflas, quien con su sinigual estilo de hablar tan enredado, con palabras que el mismo se inventaba y que nadie le entendía, además de sus muecas y sus simpáticos movimientos de caderas al caminar y al bailar, lograba toda una explosión de carcajadas y de aplausos en los asistentes a sus películas, motivo por el cual caló en lo más profundo del sentimiento de los latinoamericanos.


Fuente: www.desdelaplaza.com
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, nació el 12 de agosto de 1911 en Ciudad de México, ocupando el quinto lugar entre los ocho hijos del matrimonio de Pedro Moreno Esquivel y María de la Soledad Reyes. La familia Moreno Reyes vivía en un sector muy humilde de la capital. Su padre, un hombre muy severo, trabajaba en la oficina de correos de Veracruz como agente postal, motivo por el cual permanecía largas temporadas fuera de su hogar.

Durante su infancia, acató muy bien la disciplina recibida en las diversas instituciones educativas en las que estuvo, pero al llegar a la adolescencia las cosas cambiaron radicalmente y gastaba su tiempo libre en salones de baile, billares y todo tipo de lugares donde pudiera distraerse. A los dieciséis años, se voló de su casa abandonando sus estudios en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, y se presentó como voluntario en el Ejército Mexicano diciendo que era mayor edad. Fue aceptado y pronto se acopló al estricto régimen militar. Durante sus días de permiso, pudo cumplir su propósito de conocer otros lugares de diversión, como teatros y carpas donde brindaban espectáculos de variedades. Luego de ocho meses de estar ahí, su padre, quien nunca dejó de buscarlo, lo ubicó y se presentó ante las autoridades de la institución, demostrando la verdadera edad de Mario y exigiendo que se lo entregaran.

Al regresar a su casa intentó hacer fortuna como boxeador, pero su aventura no duró mucho tiempo. Como lo diría el mismo en una entrevista muchos años después, "el público nunca me veía de pie sino acostado mientras el juez le contaba hasta diez". Más adelante don Pedro le consiguió empleo en la empresa de correos donde él trabajaba. Pero como ya lo había picado el bicho del espectáculo, no duró mucho tiempo y muy pronto se vinculó como bailarín en una carpa en la localidad de Jalapa.

Cómo nace Cantinflas
Luego de la carpa pasó a formar parte de un teatro, en donde realizaba papeles cortos y bailaba al final de las funciones. Estando ahí realizó con la compañía una gira por varios pueblos a lo largo y ancho del país. En una ocasión, el director le pidió que saliera a anunciar una función benéfica y antes de que tuviera tiempo de pensar lo que iba a decir lo empujó. De tal manera que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba frente al público. Entonces comenzó a decir una serie de frases incoherentes que nadie entendía, y no había terminado de hablar, cuando fue interrumpido por una enorme ovación. La gente creyó que era parte del espectáculo y que lo había hecho a propósito. Y de ahí en adelante continuó haciendo lo mismo.

De acuerdo con las fuentes consultadas, existen dos versiones sobre el origen del nombre. Una dice que en alguna oportunidad, ciertas personas del publico le gritaron "¿cuánto inflas?" o "en la cantina inflas". Basado en estas expresiones, Mario asumió el nombre artístico de Cantinflas. Para entender un poco lo que le decían, la primera frase se refiere a la sobreactuación. La otra versión dice que en una presentación que apenas comenzaba, alguien dijo "¡Que hable Cantinflas!". Como nadie respondía, dijo de nuevo "¡ese Cantinflas!" señalando con el dedo a Mario. Al público le gustó mucho el sobrenombre y así lo siguieron llamando. Mario lo asumió encantado.

Un tiempo después, entró a formar parte del Teatro Valentina, que era propiedad de unos inmigrantes rusos, quienes habían llegado a Mexico huyendo de la revolución bolchevique. Ahí se enamoró de Valentina Ivanova Zuvareff, la hija de los dueños, quien también actuaba en el teatro y con quien se casó. El tenía 23 y ella 19 años. Mario hablaba ruso, inglés y años más tarde aprendió francés e italiano, gracias a los diversos viajes que hizo por el mundo.

En cuanto a la construcción de su personaje, Mario adoptó la indumentaria de una famosa caricatura de su época, que se llamaba Chupamirto: camiseta larga, pantalones desgastados a punto de caerse, por cinturón un mecate o cuerda trenzada, por corbata un paliacate o pañuelo grande o pañoleta de uno solo tono, y en el hombro un trapo al que llamaba "mi gabardina". Y en la cara maquillaje excesivo. Algunos meses después, comenzó a incorporarle su simpático movimiento del cuerpo, que incluía el de la cabeza y las caderas, evocando quizás su fugaz paso por el boxeo.


La escalera al éxito
Antes de incursionar en el cine, Santiago Reachi Fayad, pionero de la publicidad en Mexico, vio en su personaje un potencial muy grande, y lo invitó a realizar varios cortos publicitarios en su empresa Publicidad Organizada S.A. POSA, para marcas muy reconocidas como Eveready, Canada Dry y Chevrolet. Algún tiempo después, en el año 1936, el productor Miguel Contreras Torres, lo invitó a participar en la película No te engañes corazón, en la cual tuvo un papel corto y algo divertido, pero totalmente ajeno al personaje que había alcanzado tanto éxito en el teatro. En septiembre de este año se estrenó Así es mi tierra. Aquí todavía no aparece el personaje de Cantiflas, pero en ella muestra por primera vez sus habilidades como torero. La película recibió muy buenas críticas por su actuación. Posteriormente Sol o águila, que en España se conoció como Cara o cruz, en donde aparece su personaje, maquillado tal y como era conocido en sus presentaciones en vivo. Dentro del argumento de la película, él hace parte del espectáculo de un teatro, en el cual comparte escenario con otro cómico muy reconocido de su época llamado Manuel Medel. En el año 1939 se entrena El Signo de la muerte, en la cual, a pesar no de aparecer su personaje, realiza una actuación muy divertida utilizando su disparatada forma de hablar y donde también participa Medel.

En el año 1940 se estrena Ahí está el detalle. Película que definitivamente lo catapultó a la fama mundial. Alcanzando un éxito apoteósico. Ya aparece el personaje mucho más consolidado, sin maquillaje, con su eterno e incipiente bigote tan característico, lo mismo que el sombrero. Aquí se proyecta el personaje que lo acompañaría durante muchas de sus películas. Un representante nato de los marginados, de los desposeídos, quien a través de su inteligencia, picardía, desfachatez y esa forma de hablar en jerigonza, logra vencer a los más poderosos de la sociedad: políticos, abogados, hacendados, entre otros, llevando a cabo una especie de cruzada a favor de los más pobres de su tiempo; algo así como un Robin Hood moderno muy a su estilo.

Por aquellos años en México se producían tantas películas como en Hollywood, pero no lograban tener difusión a nivel internacional, debido a su baja calidad y a que quizás el tema de la revolución, Pancho Villa y todo su entorno, ya estaba muy desgastado. Al surgir Cantinflas como un ciclón, con toda la fuerza de su personaje, con un nuevo discurso, con temas más frescos y más cercanos a la cotidianidad de la gente, su éxito estaba garantizado. Las salas de cine siempre estaban abarrotadas de espectadores cada vez que se proyectaba una de sus películas. Ante este panorama, la envidia nacional no se hizo esperar. Siempre a lo largo de su carrera, no faltaron las agresiones de periodistas, de dirigentes de la industria y de políticos, que trataban de opacarlo con comentarios degradantes o con falsas historias. A pesar de todo esto, recibió muchos homenajes de reconocimiento a su talento y a su éxito, tanto en México como en otros países del mundo.


El padrecito
Luego del estreno de Ahí está el detalle, y con perversas intenciones de menospreciar el éxito alcanzado, se publicó en México que en Colombia había surgido un imitador de Cantinflas, quien se presentaba en todos los teatros, vistiendo la misma indumentaria e imitando a la perfección las muecas, la expresión corporal y la forma de hablar del personaje y quien además se hacía llamar "el cantinflas colombiano". A partir de este momento toda una legión de imitadores se diseminó por el mundo entero, y no había fiesta, circo o espectáculo de variedades que no contara con su propio "Cantinflas".

Hacia el año 1941, Mario en sociedad con Santiago Reachi fundaron la empresa POSA Films, mediante la cual logró asegurar la producción de sus propias películas. Unos años después, Columbia Pictures compró todos los derechos. La buena promoción que realizó con ellas garantizó grandes ganancias para ambas compañías. De esta manera, Cantinflas alcanzó la fama a nivel internacional, logrando ser visto en muchos países de Europa en donde algunas de ellas fueron traducidas al francés y al italiano.

Desde muy  niño Mario mostró gran afición por los toros. Uno de sus juegos predilectos con sus amigos de cuadra era simular grandes faenas taurinas. La primera corrida del que será considerado como el "mejor torero bufo del mundo" se realizó el 30 de agosto de 1936, en la Plaza Vista Alegre, ubicada en San Antonio Abad. Allí nació Cantiflas torero. Ya como se mencionó antes, en la película Así es mi tierra, se dio a conocer como torero cómico, actividad que continuaría realizando en varias oportunidades a lo largo de su vida. En la película que se consagró como torero fue Ni sangre ni arena que se estrenó en 1941

Una de sus películas más queridas y aplaudidas fue también El padrecito que se estrenó en el año 1965 y que tuvo un éxito de taquilla impresionante. En el encarnaba el papel de un cura defensor a ultranza de los desvalidos. Tal fue el éxito alcanzado que recibió felicitaciones de la Iglesia Católica por exponer la doctrina social de la Iglesia y la llamada a las vocaciones sacerdotales. La sorprendente consecuencia fue que se dio un aumento considerable de seminaristas muy entusiastas. El propio Mario envió una copia de la cinta al Vaticano junto con una carta, en la cual expresaba que en ningún momento quiso criticar a los sacerdotes y que su personaje lo había presentado muy humano, muy normal, con sus problemas cotidianos. En el año 1981 filmó El barrendero, donde quiso volver a sus orígenes más humildes, dignificando la profesión más humilde de todas, la de barrendero. Esta fue su última película.

Filantropía y la RAE
Hacia el año 1950 Mario Moreno era un hombre millonario, poseedor de grandes propiedades en México, España y EE.UU. A pesar de ello nunca perdió la sencillez y su vocación para ayudar a los más necesitados siempre fue muy generosa. En el transcurso de todos estos años de gloria, llegó a formar parte del patronato del Hospital Infantil, es decir del grupo de benefactores que donaban grandes sumas de dinero para el sostenimiento de esta unidad médica. También financió la construcción de La casa del actor, un espacio digno donde actores jubilados podían vivir sus últimos años con tranquilidad. Así mismo financió la  construcción de la Unidad Educativa Soledad Reyes, un megacolegio cuyo nombre le fue puesto en honor a su madre.

En el año 1985 formó parte del grupo de cantantes latinoamericanos que grabaron el tema Cantaré, cantarás, con cuyas ventas se financiaron campañas de la UNICEF en América Latina. Dentro del conglomerado de estrellas que se reunieron en Los Ángeles para la grabación del disco estaban Julio Iglesias, Roberto Carlos, José Feliciano, Celia Cruz y Vicente Fernández. Esta fue la respuesta de las estrellas latinas al sencillo We are the world grabado ese mismo año por grandes figuras de la música en inglés y que con sus ventas se financiaron campañas para mitigar la hambruna en Etiopía.

En el año 1992 cuando estaba viviendo temporalmente en España, el Rey de España Juan Carlos I lo acompañó en un encuentro muy emotivo, donde recibió el reconocimiento de España por su inmensa labor a favor del cine hispano, otorgándole el título de Personaje de la década de las Américas. Al mismo tiempo, la Real Academia de la Lengua Española RAE, estableció el término "cantinflear", como una forma más de expresión popular. Cuando le entregaron un diccionario con su nombre y forma de hablar, comentó: "Ya ve usted, terminé en verbo".

El 20 de abril de 1993 todas las cadenas de noticias mundiales informaron que Mario Moreno Cantinflas había muerto a la edad de 81 años y a causa de un cáncer en los pulmones. Su familia continuó desarrollando la actividad humanitaria que él había emprendido y creó una fundación que lleva su nombre.


FUENTES Y REFERENCIAS






Comentarios

Entradas populares de este blog

Curioso matrimonio del Sabio Caldas

Café, una historia encantadora

El inolvidable Jaime Garzón