Dickens y sus fantasmas maravillosos
El pequeño Charles fue acogido por la señora Roylance y visitaba los domingos a su padre. A los doce años entró a trabajar a una fábrica de betunes, de propiedad de una pariente de su madre. Ahí pasaba diez horas diarias pegando etiquetas a los tarros de betún. Los seis chelines semanales que ganaba, le servían para pagar el alquiler de la habitación y ayudar a su familia.
Unos meses después cuando su padre salió de la cárcel recibió una herencia de 450 libras. A pesar de esto, su madre lo obligó a continuar trabajando en la fábrica. Sobre este punto algunos opinan que nunca le perdonó. Estas experiencias marcaron su vida como escritor. En gran parte de su obra, denuncia las circunstancias angustiosas en las que sobrevivían las personas pobres. Por eso se le ha considerado el escritor más crítico de la Era Victoriana. Dickens refleja todas estas vivencias, en la que ha sido considerada su obra más autobiográfica, David Cooperfield, publicada por entregas en 1849 y en forma de libro en 1850. En ella se lamenta que no recibía apoyo de ninguna persona, y dadas estas condiciones, que preferiría haberse muerto. En sus palabras, "¡cuánto deseaba ir al cielo!"
Entre 1836 y 1837 publicó Oliver Twist, novela en la que hace una crítica muy dura de los males sociales de su tiempo, como el trabajo infantil, o la utilización de niños para cometer delitos. En diciembre de 1843 publicó una de sus obras más famosas, Cuento de Navidad, cuyo nombre original es Being a Ghost Story of Christmas, muy conocida en inglés como A Christmas Carol, un relato que ha sido adaptado en muchas ocasiones al cine, teatro y televisión. Donde cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge y su transformación al ser visitado por tres fantasmas durante la Nochebuena.
"Dickens y la pequeña Nell" ubicada en el Clarck Park de Filadelfia |
La forma como narra y describe a sus personajes es sencillamente exquisita. En el caso de Scrooge, cuando se refiere a su frialdad interior, en donde no existía el más mínimo ápice de compasión, solidaridad, ni mucho menos amor por algo o por alguien, expresa lo siguiente, "siempre y a todas partes llevaba la temperatura bajo cero". En la calle nadie lo detiene para saludarlo, ni los mendigos le piden limosna. Tal es la apatía que siente la gente cuando lo ve, que hasta los perros guía de ciegos, prefieren llevar a sus amos a una callejuela, con tal de que no se crucen en el camino con él.
Fue un escritor muy prolífico. Sus obras más reconocidas son, Grandes Esperanzas, Historia de dos ciudades, La tienda de antigüedades, además de las mencionadas anteriormente, David Cooperfield, Oliver Twist y Cuento de Navidad. Dickens también escribió cuentos de fantasmas. Disfruté mucho con la lectura de varios de ellos, como El guardavía, El manuscrito de un loco, La historia del tío del viajante, La historia del viajante de comercio, Los duendes que secuestraron a un enterrador y Fantasmas de Navidad.
En La historia del viajante de comercio, una silla que se transforma le revela un secreto al protagonista que cambia su vida. En Los duendes que secuestraron a un enterrador (1836), el sepulturero del pueblo, un hombre muy amargado, se arrepiente de sus malas acciones y se convierte en una buena persona, luego de ser abordado por una pandilla de duendes durante la Nochebuena. Sobre este último, me quedó la sensación de que en el podría haberse inspirado para escribir su famoso Cuento de Navidad, publicado siete años después (1843), dadas las similitudes de sus argumentos. Otro dato interesante para destacar es la naturaleza de algunos de sus fantasmas. Tal y como se ha mencionado en las breves pinceladas sobre ellos, no todos tienen el objetivo de provocar pánico o espanto, lo que pretenden es ayudar a las personas a mejorar sus vidas. Estos relatos en el fondo tienen una moraleja como las fábulas de Esopo.
En cuanto a su muerte, su deseo era ser enterrado en la catedral de Rochester, "de forma barata, sin ostentaciones" , a pesar de esto, luego de su fallecimiento el 9 de junio de 1870 a causa de una apoplejía, el escritor fue enterrado con todos los honores en la llamada "esquina de los poetas" de la abadía de Westminster.
En el año 1890 cuando Stilson Hutchins, fundador de The Washington Post, quiso rendirle homenaje con la elaboración de una escultura que encargó en su honor para ser colocada en Londres, no lo pudo hacer debido a que en el testamento de Dickens se prohibía cualquier tipo de monumento con este propósito. La estatua regresó a los Estados Unidos y estuvo inicialmente en Chicago, donde recibió dos medallas de oro en la Exposición Mundial Colombina en 1893. Después fue trasladada a Filadelfia y estuvo guardada tres años en una bodega. Finalmente logró ser ubicada en el Clark Park de esta ciudad. Está hecha en bronce y se llama Dickens y la pequeña Nell. Representa al escritor británico y a Nell Trent, la niña protagonista de su novela La tienda de antigüedades publicada por entregas entre 1840 y 1841.
FUENTES Y REFERENCIAS
- DICKENS CH. (1985). David Cooperfield. Editorial La oveja negra Ltda. y RBA Proyectos Editoriales. Impreso en Colombia.
- DICKENS CH. (2014). La tienda de antigüedades. Alianza Editorial. Madrid.
- NATIONAL GEOGRAPHIC. Charles Dickens, el escritor más crítico de la Era Victoriana. Actualizado 9 de marzo de 2024. [En línea]. Última consulta 20/03/2024. Disponible en: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/charles-dickens-el-novelista-ingles-que-escribio-cuento-de-navidad_14332
- Cuento de Navidad y otros cuentos mencionados, de acceso libre en internet.
La pluma puede abrirse camino desde las profundidades del mismo infierno pero, si remedio alguno, las heridas del resentimiento cicatrizarán en falso para que no olvidemos.
ResponderEliminarInteresante historia
ResponderEliminarLeer tus escritos es como deleitar una buena taza de café en la mañana , gracias por ese aroma exquisito de historia y aprendizajes. Gracias Juan.
ResponderEliminar